¿ sin tentas no hay paraíso?

SIN TETAS NO HAY PARAISO
pero, ¿ qué es el paraíso?

Narcotráfico, prostitución y siliconas, son temas que no son nuevos para nadie y la relación que existe entre ellos tampoco. Pero desde hace ya varias semanas, dichos temas han salio al ruedo y literalmente al aire con la serie del Canal Caracol, SIN TETAS NO HAY PARAISO.

El proyecto televisivo que es trasmitido de lunes a viernes a las 10:30 de la noche, muestra sin tapujos la historia de jóvenes que se prostituyen por llevar alimento a sus casas, por ganar dinero para sus propios gastos y hasta para uno que otro capricho y principalmente el caso de una joven que entra a ese malévolo mundo, no solo para conseguir dinero para su familia sino una conseguir la cirugía para aumentarse el busto, pues según ella, eso la hará ser una mejor persona. No obstante en la serie, se muestran otros temas como el amor, el cual no puede faltar pues en siempre éste el hilo conductor de toda trama.

Ante todo quiero felicitar al canal caracol por el tratamiento que le está dando a los temas pues ya era hora de mostrar la realidad que no sólo atropella aquellos, lo que vemos lejos, en barrios pobres y estratos bajos, no!! Esta realidad atropella a muchas de las personas que se mueven a nuestro alrededor, nuestras amigas, familiares, padres y a nuestras propias hijas.

Pero nada es lo que parece y es muy fácil llamar putas a las que vemos en las calles a altas horas de la noche buscando quién les pague un servicio o ¿por qué no? A aquellas que vemos repentinamente con un nuevo celular y lujos “raros”.

Pero que hay detrás de este mundo? Y no me refiero a lo que hacen, sino a lo que tienen que pasar cuando lo hacen y precisamente sin tetas no hay paraíso trata de dar un enfoque a esto.

Hace días en un capitulo se mostraba relatando como casi le toca acostarse con un hombre contagiado de sida y antes de ella saberlo estuvo tentada a estar con él sin ninguna protección por un poco más de dinero, aquel hombre que tenia cara de asesino en serie, que lo único que pretendía era contagiarla, así como lo había hecho con muchas aprovechándose de su necesidad de dinero, muchas cayeron y así muchos en la realidad lo hacen también.

Ellas, las que lo hacen por necesidad son señaladas, juzgadas y hasta olvidadas, nadie piensa por algún momento en el dolor que estas mujeres llevan en su alma y corazón, en las lagrimas que brotan de sus ojos cada día, en el asco que pueden sentir por ellas mismas cuando salen de la calle y vuelven a la casa, el maltrato al que son sometidas y el hambre que aún siguen sintiendo, pero por otro lado están las niñas que por lujos se acuestan con el uno y con el otro como algo natural en la vida, con narcotraficantes que les pagan con dinero al las menos pagadas, a otras con carros o lo que es el premio mayor para algunas un par de siliconas. Mientras tanto padres inocentes trabajan día tras día, pensando en que lo que le dan a sus hijas es suficiente pero que seguirán rompiéndose la espalda porque ellas se merecen siempre más.

Es bueno ver cómo SIN TETAS NO HAY PARAISO toca la parte humana de estas historias de vida y no el morbo, muy a pesar de los temas que se tratan. Programas como este que traten la cotidianidad de la sociedad son los que hacen falta en nuestro país pero no para divertirse como en cualquier otra serie de ficción, sino para empezar a reflexionar aunque lo que se muestre no nos toque directamente.

Finalmente cabe la pregunta ¿Sin tetas no hay paraíso?­­­ primero que todo y antes de dar mi respuesta quiero aclarar que estoy totalmente de acuerdo con las cirugías estéticas, primero cuando son necesarias y por gusto cuando hay con que pagarlas pero nunca vender la dignidad por unas prótesis.

Ahora, ¿Sin tetas no hay paraíso? Pero ¿Qué es el paraíso? Solo se que si para ir a ese paraíso es obligatorio un par de tetas compradas con el sudor de mi cuerpo, prefiero las llaves de un infierno.

Mujeres valemos por lo que somos y no por que lo que mostramos, al final del camino la gravedad lo hace caer todo, pero el amor propio nunca se agota, querámonos como somos, con o sin tetas, con o sin nalgas, pero siempre con cerebro